Los artistas finlandeses de derechas, marginados
Extraño me pareció leer esto en el Helsinguin Sanomat, pero es lo que parece: el «cordon sanitario» que pregonaba Luppi hace unos meses en España en respuesta a las políticas de la derecha es un hecho en Finlandia. O al menos en cuanto al mundo del arte.
«Sería un suicido por autoinmolación», dice el asustado autor al otro lado de la línea telefónica. Yo había llamado para preguntar si le gustaría hablar públicamente sobre sus convicciones políticas como un artista de derechas. La respuesta es un rotundo no. De acuerdo con el escritor «salir del armario» como alguien de derechas en la escena artística finlandesa, dominada por la izquierda, signifícaría el final de sus subvenciones (y por tanto llevaría directamente a problemas económicos). Los periódicos y revistas no mirarían con buenos ojos tal movimiento.
En el 2007, con un gobierno de centro-izquierda en el poder, ¿hay artistas de derechas?, y si los hay, ¿qué estan haciendo?
Un artículo un poco raro, la verdad. Por una parte parece bastante derechista, pero en su recta final pone un tema muy interesante encima de la mesa (incluso cuando parecen confundir comunismo con ser de izquierdas y voraz economía con ser de derechas), y es la contradicción en la que viven muchos artístas que, o siendo de derechas tienen que fingir, o siendo de izquierdas viven como majarajás:
«Sin embargo, así es como van las cosas. [Los artistas de izquierdas] se sientan en sus pisos de 120 metros cuadrados en [el distrito de clase media-alta de Helsinki] Lauttasaari mientras descorchan sus vinos de lujo. Tienen que mantener una fachada.»
El desdén dirigido a todo lo comercial fue un gran tema del pensamiento izquierdista de los 70, y esa ctitud pervive en el campo del arte finlandés. La pintora Nanna Susi habla de la noción del arte puro y del contaminado sigue siendo fuerte en Finlandia. «Aún hay una idea enraizada de que el arte verdadero no vende. Los productores de arte puro son buenos, mientras que los que producen arte que vende son charlatanes y mala gente», dice. Susi, en cambio, se considera a sí misma como de derechas, pero sólo al respecto del voto. No pertenece a ningún partido y sus pinturas no tratan de temas políticos.
[…]Parte del mito del artista, y del populismo izquierdista del mundo del arte dicen que un artista tiene que ser de izquierdas en público.
No sabía yo, la verdad, que el tema político finlandés estuviera tan candente. Y pensaba que las ostias entre derechas e izquierdas por lo más nimio, y la actitud de «the left is right» eran puramente españolas. Pero parece ser que también en Finlandia la política anda empantanándolo todo. Vivir fuera de España da la ventaja de no tener en todos los medios la política siempre presente, lo que para mí, es un gustazo. En fin, si la cosa se dejase de política, tendría que ver más el talento de quien hace la obra más que su orientación política, pero así están las cosas. Manda cojones.
Arte y política. Mejor separados, creo yo. A no ser que se use para criticar, claro. Fuente
Y ya que estamos… este test para saber dónde andas tú en cuanto a política. Yo ya hice el mío 😛
Topics: Finlandeses | 4 comments | Versión para imprimir
Siento mucho ver que algunos artistas tienen problemas para realizar su trabajo de acuerdo a la inclinación política, pero al menos eso hace parecer a los finlandeses un poco menos perfectos y un poco más humanos.
Esto me recuerda a lo que pasó con Matti Vanhanen durante la campaña electoral para Primer Ministro finlandés. El escándalo electoral fue propio de una república bananera. Eso sí que no me lo esperaba yo de los finlandeses.
Eso que comentas me recuerda a un post de Berlin-Alexanderplatz, en el que se hablaba del alcalde de Berlín, que es gay.
Pues el tipo tenía novio confeso y la autora del blog le vio enrollandose en un bar de ambiente con tres tíos a la vez. La cosa podría escandalizar al más pintado, pero los alemanes le respondieron que «lo que hiciera Wowereit en su tiempo libre le importaba bien poco, mientras su labor política la hiciera bien. Y parece que lo hace bien.»
Claro, ahí está la reflexión… ¿somos nosotros los que tenemos una doble moral en cuanto a vida pública y privada? La autora decía que por ser española quizá le chocase, pero viendo el circo que montaron los finlandeses (gran enlace, Celia, algo había oído pero nunca le presté mucha atención), no están tan allá en cuanto a pensamiento liberal.
A mi me parecieron las elecciones finlandesas propias de república bananera porque se siguieron todas las elecciones por la prensa rosa y no por la prensa especializada en política. En lugar de hablar de propuestas y demás historias, se recordó en todo momento y lugar los distintos escarceos del señor Vanhanen. La cosa llegó a su punto álgido el día que Vanhanen cortó con su novia por SMS, y ella llamó inmediatamente a los periodistas para contar lo dolida que estaba por la forma en que se había producido la ruptura. A mi esto si me parece una campaña tan escandalosa y de mal gusto como la española, donde lo que se hace es descalificar a unos y a otros como único argumento.
Por otro lado, nosotros tenemos en Madrid un político muy conocido que no solo es gay confeso, si no que está casado con su pareja, y otro político aún más conocido que tiene una aventura (este señor está casado con otra señora) con una implicada en el caso Malaya. Eso considero que no es asunto mío, pero el tío de campaña electoral que se haga me da una idea de en qué municipio o país resido, y eso puede llegar a darme mucha vergüenza.
Por cierto, ¡¡qué narices tiene el señor alcalde alemán!! Su pareja tiene que estar contento con él.
Jo, y debe ser cierto eso de que más vale que hablen de uno aunque sea mal, porque al final Vanhanen ganó. Pero sí que es cierto, terrible que se centrasen en eso.
En cualquier caso no me extraña, ya que me parece que la prensa rosa/amarilla (como el ilta lehti o el ilta sanomat) es la que más se lee en el país. Y cuando pregunté por ello me dijeron que la otra (Helsingin Sanomat, por ejemplo) «es para viejos y aburrida». Manda carallo, como diría Miguel.
Y lo del alcalde de Berlín… eso que he leido es lo único que sé de él. No sé qué habrá pasado con su pareja. Eso sí… ¡vaya golfo! 😀