Confianza
Los finlandeses son confiados por naturaleza.
Esto se puede notar cuando uno deja los abrigos en la uni y después de un día siguen estando allí. Además lleves lo que lleves en los bolsillos: nadie te lo tocará nunca.
Otra prueba de eso, y algo que no hay en España, son las llaves de los edificios. En forestales (edificio Borealis) y en informática (Edificio Science Park) los alumnos tienen, previo depósito, una llave del edificio.
El depósito, que te lo devuelven cuando devuelves la llave íntegramente (Importante: no hagáis como yo y canceléis vuestra cuenta antes de que os devuelvan la pasta, que luego sino es un lío) es de 34 euros. Una vez pagado, tienes un número PIN para entrar y salir del edificio cuando quieras. Mítico es ir a ver una peli por la noche en los proyectores con el portátil a pantalla grande. O irse al restaurante, coger algo y dejar en la cesta que hay para pagar (esta sí está vigilada por una cámara, pero esa cámara de vídeo no puede ver lo que echas allí) cinco míseros céntimos. O al menos eso cuenta la leyenda…
La llave magnética
De todas maneras la llave sólo da acceso a unos pocos lugares del edificio, pero suficientes si tienes que estudiar (no hay nadie por las noches y la biblioteca cierra inexorablemente a las siete en punto) o hacer algún trabajo en el ordenador.
Eso sí, los ordenadores tienen un candado y lo mismo los proyectores de las clases. Que son confiados pero no tontos.
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