Cosas que echo de menos en el extranjero (10): ver a lo lejos
No es que yo haya sido un muchacho que iba al pueblo a menudo, ni que se fuera al campo a pasar el día. Tampoco es que ha vivido siempre en la urbe urbana más grande que haya podido encontrar, sin cosas que ver a lo lejos más allá que bloques de edificios.
Pero es un poco de todo eso.
Por qué echo de menos el ver a lo lejos
Yo vengo de Alcalá, una ciudad no demasiado grande y por ello de la que podías salir fácilmente. Desde cualquier punto de Alcalá se puede ver un cerro a lo lejos, el Ecce Homo. Este, junto a otro cerro al que me subía a correr o con la bici de vez en cuando, se podía ver tan a lo lejos como dejaba la vista.
Los cerros de Alcalá vistos desde una urbanización. Se pueden ver desde casi cualquier parte. Fuente (CC: by)
Igualmente, cuando iba al pueblo, con todas sus cuestas y lo pequeño que era, era fácil salir y ver campo hasta donde alcanzara la vista. E igualmente ningún edificio te tapaba mucho si querías subir a la azotea con unos prismáticos a ver tan lejos como la vista te permitiera.
Y eso, además de que en España conducía o iba en coche grandes distancia, hace tiempo que no lo veo. O con la asiduidad que me gustaría.
¿Como es ahora, que lo echo de menos?
En mi ciudad actual no veo más que edificios, si es una calle pequeña; o árboles, si es una avenida grande. Todo ello hace que no vea mucho más allá.
Y es un poco opresivo, la verdad. No hay sensación de espacio, de amplitud, como la que notaba en España. Todo lo demás de vivir en una gran cuidad está ahí, y me gusta, pero es el espacio a veces lo que hace falta (y eso que aquí las casas sí que suelen tenerlo: los techos de tres metros dan una sensación de amplitud cuando se está dentro de un edificio que da gusto).
Pero al final verlo todo tan cerca cansa, y ver edificios hasta donde alcanza la vista en vez de montañas o montes, también. Un «Monte Fuji» (esa gran montaña en Japón que se ve siempre a lo lejos) estaría bien.
Supongo que este verano iré más a menudo a los lagos de Berlín aunque… también están rodeados de árboles. Incluso el viejo aeropuerto Tempelholf está rodeado de edificios, con lo que la vista está acotada y muy acotada.
¿Y qué tal en Finlandia?
Finlandia era un poco igual que aquí porque es un país eminentemente plano y, cuando no hay edificios, hay árboles por todas partes, con lo que no puede verse muy a lo lejos. Incluso conducir por las carreteras finlandesas es seguir una línea rodeada de árboles. No se ve nada. Así.
Las únicas dos excepciones eran estar junto a un gran lago, como el Pyhäselkä de Joensuu, o en Koli, el parque nacional cerca de Joensuu con su punto más alto en poco más de 340 metros.
Esta es la vista en Koli.
No me quiero imaginar cómo lo pasará la gente que tiene el mar al lado: ellos sí que deben estar echándolo de menos en mi situación.
¿Tú echas de menos esto también? ¿Echas algo de menos de la geografía del lugar donde vivías y ya no?
Topics: Ciudades finlandesas, Morriña | 1 comment | Versión para imprimir
La verdad es que a mí eso no es lo de que más me molesta de Finlandia, ni de lejos… Lo que dices de ir en carretera rodeado de pinos a mí me encanta, aquí en Mallorca eso no se ve tan fácil como allí, como mucho pasas entre campos de cultivo xD
Saludos!