Deserciones

Esta noche, la verdad, es que no me esperaba la reacción tan efusiva que ha tenido Maciek (Magic, se pronuncia) conmigo.

Llevamos tiempo hablando la gente que nos vamos a quedar aquí todo el año de lo raro que será estar aquí sin tanta gente a la que has llegado a apreciar de verdad o simplemente a querer. Colegas y amigos se irán y nosotros seguiremos estando aquí. Es una pena, la verdad.

Por eso, por no pensar demasiado en ello hasta que llega el momento de darse de bruces con el problema es por lo que me ha chocado tanto que Maciek me abrazara de la forma en lo que lo ha hecho y me ha dicho varias veces (con esa manera que sólo los auténticos borrachos saben decir: con todo el corazón) que tenía que ir a Polonia, a Varsovia, cuanto antes posible para ir a visitarles y que me quería (amigablemente, aunque no haga falta decirlo).
Y lo peor es que Maciek es solo el primero; y el hecho de que despues de todo no nos conocíamos tanto y nos ha costado tanto despedirnos, y de que voy a tener que despedirme así de mucha gente se me hace un poco cuesta arriba.
Al menos tengo un par de días más para disfrutar de su compañía y alguno más para disfrutar de la de los demás. Menos es nada.

La verdad es que estas cosas muestras de cariño me llegan. Mucho.

Allá va una foto de la primera fiesta:
Que tiempos...
De izquierda a derecha: Lucash, Maciek, Florian, Miguel, Michel y yo.
Lucash me da un poco igual, Maciek y Florian se nos van y Miguel Michel y yo nos quedamos.
A ver que sale del segundo cuatrimestre,