La tele y yo o la historia de una humillación

De vez en cuando le cuento alguna batallita a los amigos y a la familia de mis viajes a Finlandia. En una de esas ocasiones, la amiga que me escuchaba me dijo: «¡Jo!, con la cantidad de historias que tienes de Finlandia, y no las escribes en un blog. Tendrías tema para rato». Es verdad que yo no tengo un blog en internet, pero Santi me deja participar en el suyo, así que he decidido hacerle caso a mi amiga, y ponerme en plan abuelita a contar mis batallitas sobre Finlandia en internet. Empiezo hoy.

Televisio

Televisión finlandesa. Fuente (cc: by)

Pues bien, hijos, como sabéis en Finlandia la enseñanza en idiomas es muy buena (y la otra también). Según los finlandeses, una de las cosas que favorece el aprendizaje de un idioma es ver la televisión en versión original desde chiquititos. Así que, en Finlandia, toda la programación es en versión original, con subtitulos en finés o sueco si el programa no es en ninguna de esas dos lenguas.
Como parece que a los finlandeses les va tan bien oir la tele en versión original porque todos hablan, por lo menos, inglés a parte de su lengua nativa, decidí que yo también podía intentarlo.
Una tarde me senté delante de la tele de unos amigos en Finlandia dispuesta a aprender algo de finés. Echaban una película en inglés con subtítulos. La idea es que como entiendo el inglés, oía lo que decía la gente, y me fijaba en los subtítulos a ver si sacaba algo en claro. Durante una media hora, sudé tinta china intentándo descifrar qué demonios ponía allí. Me desesperaba porque no conseguía encontrar cosas que se repitiesen para aprender algo.
Cuando estaba ya exhausta por el esfuerzo, y sin haber conseguido entender ni «papa» del finés, entró mi amiga en el salón y me dijo:

– Celia, ¿verdad que es una lástima que nos pongan los subtítulos de las películas en sueco, cuando aquí todo el mundo habla finés?