Lluvia…

Lluvia

Ya no recordaba lo lluviosa que es Finlandia.

Antes ni siquiera de saber nada de Joensuu, recuerdo que quedé con Jesús Villegas, el chico que había estado aquí un año antes que yo, y me previno del clima finlandés en el otoño: sólo para de llover cuando empieza a nevar.

Nubes y más nubes.

Colores y nubes
Colores y nubes.

Los españoles en general, y esto lo digo en base a lo que hablé el año pasado con otros Erasmus aquí, tenemos una predilección innata por el sol. Unos cuantos días sin sol y estamos más apagados. Un par de semanas sin sol, y es ciertamente preocupante. Eso sí, cuando el sol vuelve aunque sea por un rato se nota en las ganas que hay de salir a la calle.

Pero salir a la calle, si no es por obligación y con un buen pantalón para la lluvia, parece que se reduce. Las calles desiertas de las ciudades finlandesas demuestran que no es exactamente agradable estar por aquí en otoño. Y peor es para los Erasmus no salir tanto a la calle.

Gotitas

Justo cuando escribo esto se ha despejado el cielo, por primera vez desde el día en el que llegué. No sé cómo son las otras ciudades de Finlandia (por ejemplo, cuando vine desde Helsinki hasta aquí, estuvo despuejado el cielo toda la noche y en Joensuu estaba nublado), pero parece que esta parte tiene siempre más nubes que el resto.

Cosas buenas de las nubes y la lluvia? Dos: hace mucho menos frío del que hace con el cielo despejado y salen setas por todas partes. Para quien le gusten.

Seta
Alucinógena, creo.