3 sitios donde ver renos en Helsinki

Los que viajan a Laponia lo tienen fácil: están por todas partes, pero para ver renos en Helsinki hay que saber dónde buscar. Y de eso trata el post de hoy.

alimentando a un reno
Dando de comer a un reno. Fuente (CC: by-sa)

Los renos y Finlandia

Los renos son el aminal de Finlandia. Los finlandeses incluso tienen esa señal única que te avisa en las carreteras que estás entrando en una zona con alta densidad de renos.

Reno, que en finés es «Poro» (pronunciado «porro«).

señal de ciudado con los renos
Cuidado: «poros» en esta zona. Fuente (CC: by-sa)

Estos animales tienen un rol especial en la cultura de los Samis (o Lapones), el último pueblo indígena de Europa y que vive en el norte de los países nórdicos y escandinavos, incluyendo finlandia. Aprovechan todas las partes del reno.

Y su carne, claro, es una delicia. A mí me gustó bastante y te animo a que la pruebes si estás de viaje por FInlandia. Y a Gordon Ramsay también.

Renos en Helsinki: donde verlos

¿Recuerdas la foto de más arriba, donde se veía la zona de renos marcada sobre el mapa de Finlandia? Exacto: los renos no viven tan al sur.

Pero sin embargo hay dos lugares en la capital de Finlandia donde ver estos animales. Veámoslos.

Unos cuantos estupendos renos en Helsinki
Una gran cornamenta. Fuente (CC: by)

1.- El Zoo de Helsinki

El Zoo se encuentra en su propia isla en la ciudad.

Para llegar a ella hay que tomar un barco desde la plaza del mercado – Kauppatori -, el cual es un buen paseo con buenas vistas de la capital. El destino del barco, cuando lo estés buscando, que sea Korkeasaari, el nombre de la isla y del zoo.

También puedes tomar el autobús número 16 (si quieres saber más del Sistema de Honor que impera en el transporte público de la capital, este es el post) que sale de la estación de tren.

Una vez allí, pagando la entrada de 14€ por adulto u 8 por niño, puedes ver renos además de otros animales. Esta es su web (ENG), por si quieres saber más.

2.- El Parque Nacional de Nuuksio

Este es el lugar donde ver renos en Helsinki a lo grande.

El parque natural de Nuuksio está justo a las afueras de Helsinki. Y es el parque nacional de Finlandia que se encuentra más al sur del país. En él hay un parque de renos, donde los puedes visitar, tocar y darles de comer.

Renos en Helsinki
Acariciando renos en Helsinki. O al lado de Helsinki. Fuente (CC: by-sa)

La entrada cuesta 25€ por adulto y 10€ por niño, lo cual include bastante liquen para dar de comer a los renos, un café (u otra bebida) y un bollo junto a un fuego abierto. Y, durante las navidades también hay glögi, el vino con especias navideño tradicional.

Además, en el parque de renos también hay una cafetería donde puedes tomarte algo – incluyendo delicias como queso lapón, salmón o carne de caza – en un restaurante en un tapee (una tienda tradicional lapona) llamado «White Reindeer«, o «Reno blanco».

alimentando a renos
Alimentando a renos con líquen. Fuente (CC: by-sa)

¿Cómo llegar? te preguntarás si quieres ir a ver renos en Helsinki. La dirección: Nuuksiontie 83 en Espoo. Son 30 minutos en coche desde el centro y 1 hora con el transporte público. Necesitarás un ticket de la zona ABC de Helsinki para llegar. Estos son los transpores.

  1. Tren de Helsinki a Espoo con los trenes U, L y E desde la estación de Helsinki a Espoo (8 paradas y más o menos 25 minutos)
  2. Coger el bus 245 de Espoo a Nuuksio. El bus está al lado de la estación.
  3. Bájate del bus en Punjonsuo. (tras 27 paradas o más o menos 25 minutos)
  4. Camina un poco y pasado el paso de cebra, a la derecha. La señal dice Karhunpesä y se ve una señal con Renos.

Si quieres visitar su web para ir echándole un vistazo, es esta.

¿Cuál de estas dos opciones prefiers? ¿Has visto – o te has comido – algún reno alguna vez?



Mi aventura finlandesa (II) – voluntariado y mudanza a la gran ciudad

Continuamos con la aventura finlandesa de César, tras su primera parte. En ésta nos cuenta los retos para tener algún ingreso que se le ocurrieron mientras estudiaba y su posterior mudanza a una ciudad más grande.


Sobrevivir en Lieksa

A todo esto, me empadroné en Lieksa y abrí una cuenta bancaria (este es nuestro post sobre bancos en Finlandia). Bueno dos, porque primero estuve en un banco en el que me hablaban solo en finés y algo hubo que no entendí o no me gustó, así que me cambié a otro.

También hice algo de voluntariado con eso del “työharjoitelu” (puedes buscar por este término en Google y el nombre de la ciudad que quieras para encontrar puestos de voluntariado en Finlandia), que es la manera que tienen los finlandeses de darte oportunidades cuando acabas de llegar y no tienes ni mujer ni amigos: curra gratis de momento y ya veremos.

Pues así fui a algunas clases de inglés para adultos y a clases de primaria a hablar a los niños en inglés y contarles de España, pero claro, me cansé.

Me habían propuesto hacer un tour fenomenal por los colegios de los pueblos vecinos hablando en inglés y yo tenía claro que mi objetivo era aprender finés, así que les di plantón.

Quise ponerme a dar clases de español o italiano, pero cobrando, y se me ocurrió poner un anuncio en el periódico local por un precio bastante caro, que no sirvió para nada ya que no llamó nadie para pedirme clases.

Voluntariado. Fuente: CC (by-sa)

Como os podréis suponer, mérito tras mérito, en un pueblo pequeño, la voz se corre y la intuición empezó a encender la bombillita de alarma de que allí no me quería nadie. La confirmación y la gota que colmó el vaso fue cuando llamó un señor hablando en mal inglés “que me había visto en la clase de inglés” y “que quería llevarme en su coche a ver sitios” y que “por supuesto que me pagaría”. Ay amigo, eso fue el límite. No estaba dispuesto a caer tan bajo vendiendo el poco de dignidad que me quedaba, así que gracias al dinero de mi familia, decidí pirarme a Helsinki e intentar la vida finlandesa allá.

Mudanza a Espoo

En realidad, donde encontré alojamiento bastante rápido fue en Espoo. Era una casa bastante sucia y en malas condiciones que una familia estaba reparando para alquilar las habitaciones.

Espoo. Fuente (CC: by-sa)

Había algunas personas normales, un inmigrante turco que había tenido una novia finlandesa pero la habían dejado y una chica local que acaba de irse de casa, pero algunos otros que daban más bien miedo, un profesor finlandés bastante extraño que venía de otra ciudad y un tio joven que vivía con un perro enorme y del cual acabé sabiendo que era un nazi.

Pues allí, de Espoo a Helsinki iba todos los días en tren si pagar (y al final me pillaron) para apuntarme a las movidas de Jolly Dragon, organización fiestera para gente que habla inglés por excelencia de la capital, gracias a las cuales por lo menos podía hacer lo que no pude en Lieksa, que es socializar e intentar hacer amigos. No es que me lo pasara mal, pero el hecho es que el dinero se iba yendo poco a poco y yo acabé poniéndome malo.


Y hasta aquí el segundo post de César. ¿La conclusión de la aventura? En el tercer y presumiblemente último capítulo. ¿Qué te ha gustado o impactado de este capítulo de la aventura finlandesa?



Dónde hacer ice swimming en Helsinki

Desde Finlandia llegan a veces al resto del mundo imágenes de saltar a un hoyo hecho en el hielo, en el lago o el mar. A esto se le llama hacer ice swimming (también llamado «Winter Swimming» en algunos lados y avanto en finés).

Y como el destino más visitado de Finlandia es Helsinki, hemos investigado un poco para traerte los mejores lugares para tirarse al agua helada, si eres así de valiente.

Los 5 mejores lugares de Helsinki para hacer ice swimming

Aquí te presentamos la lista.

1.- Löyly

En el barrio hipster de la capital de Finlandia, Kallio, se encuentra Löyly (web oficial). Su nombre viene de la piedra en la sauna llamada «el espíritu de la Sauna«.

Sauna löyly
La terraza de Löyly. Fuente (CC: by-sa)

La dirección de esta sauna para hacer Avanto es: Hernesaarenranta 4. Las escaleras que te llevan al agua durante el año se convertirán en tu pasarela al ice swimming durante el invierno.

Un detalle interesante: el dueño de esta sauna es el actor Jasper Pääkkönen , el cual a lo mejor has visto en la películo de Spike Lee «BlacKkKlansman («Infiltrado en el KKKlan» en España) o en la serie «Vikings».

2.- Kulttuurisauna

Esta sauna se encuentra en la calle Hakaniemenranta 17 y esta es su web oficial.

Kultuurisauna
El edificio de Kultuurisauna junto al mar. Fuente (CC: by -sa)

Una de las características más interesantes de esta sauna es que no dejan pasar a grupos de más de tres personas, y así no se forman corrillos dicharacheros en las saunas cuando el resto de la gente quiere relajarse y descansar. Esta sauna está separada por sexos y es de las «puras», queriendo decir que no se permite llevar nada dentro (nada de pudor en la sauna). También tiene unas escaleras que dan al mar para poder bañarse en un hoyo en el hielo en invierno… y probablemente correr de vuelta a la sauna.

3.- Allas Sea Pool

Quizá el conjunto de piscinas con sauna con mejores vistas de Helsinki, ya que desde allí se puede ver la catedral blanca luterana y la catedral ortodoxa. Su dirección es Katajanokanlaituri 2a y su web oficial es esta.

ice-swimming
Saliendo del hielo. Fuente (CC: by-nd)

En la Sea Pool uno no tiene escaleras al mar, como las otras dos, pero una de las piscinas no está climatizada y, al congelarse en invierno, uno puede zambullirse en el hoyo que han creado para la ocasión.

4.- Uunisaari

Uunisaari mola porque es un lugar diseñado para relajarse.

Uunisaari de noche
La isla de Uunisaari de noche. Fuente (CC: by-nd)

Su localización es en una isla en la costa de Helsinki, así que no es fácil que las masas vayan hacia ella. Desde allí hay también una vista estupenda de la ciudad, pero a lo que vamos: su sauna. Su dirección: Ehrenströmintie 1. Y esta es su web.

En la isla hay una sauna pública y desde ella es muy fácil dar unos pasos al hoyo hecho en el hielo del mar, y practicar un poco de avanto.

5.- Sompasauna

Sompasauna tiene también algo especial, y es que se compone de dos saunas que no son ni públicas ni comerciales.

dos personas bañandose en el hielo
Avanto. Fuente (CC: by-nd)

Las mantiene la propia comunidad, y las personas que vayan a ellas deberán llevarse su propio cubo para agua y también algo de madera para la caldera de la sauna. Eso sí, en invierno hay un hoyo en el hielo bien mantenido para que todos aquellos que se decidan puedan hacer ice swimming. Y, de acuerdo con el espíritu del lugar, hay que dejarlo todo como se lo encontró uno (o más limpio si cabe) al salir.

Su dirección: Sompasaarenlaituri, 00540. Y esta es la web del proyecto.



Mi aventura en Finlandia – primeros pasos (I)

Hace un tiempo nos escribió un lector del blog para compartir con vosotros la aventura en Finlandia que vivió. Por fin nos hemos puesto a ello y sacaremos una serie de post sobre el tema. ¡Estate atento a los nuevos capítulos!

Si te apetece también compartir con todos lo que te gusta de Finlandia y tus propias peripecias por el país y no tienes un blog donde contarlo, ponte en contacto con nosotros y podemos publicarlo juntos.

Antes que nada, César me ha dicho que sus aventuras tienen algunos elementos que quizá estén algo desfasados por haber pasado hace algunos años. Mientras lo lees ten esto en cuenta. Igualmente, pondré algunas notas y links relacionados por si quieres saber más sobre algunas cosas.

Sin más dilación, os dejo con el periplo de César.

Capítulo 1: el interés por Finlandia y la llegada a Lieksa

Allá por el año 2009 estaba el mundo empezando dos graves crisis. Una era la crisis económica mundial producto de los desmanes bancarios y de la falta de regulación de los mercados, que nos había dejado a millones de profesionales en el paro.

La segunda era la crisis de César, quien escribe estas líneas, que estaba harto de sus padres y de su vida en Madrid, y una tarde como cualquier otra se puso a leer en la Wikipedia sobre la historia de Finlandia y se quedó
admirado por los logros políticos y sociales de esta “pequeña” nación gracias a eso que más tarde sabría que se llama “sisu”.

Deseoso de comenzar una nueva vida, me apunté a la escuela
de idiomas de Jesús Maestro
con la única intención de no hacer el curso, sino que los profesores de finés me dijeran adonde podía pirarme yo a Finlandia para aprender el idioma y luego buscarme el curro de mis sueños.

Escuela de idiomas
Una escuela de idiomas. Fuente (CC: by-sa)

Me pareció que ese debía ser el primer paso para una integración fluida y acelerada, tal y como correspondía a un tipo tan cosmopolita como yo, que
ya había vivido en Reino Unido y en la salvaje Ucrania, países donde había aprendido los idiomas locales fenomenal.

Capítulo II de la aventura en Finlandia: llegando al país

Ay, amigo, ¡qué vueltas da la vida y que lecciones de humildad que nos da!

Cuando llegué a Finlandia viajé sin problemas en tren a un lugar llamado “Kylänlahti” donde había un sitio en el que prometían enseñarte finés, darte de comer y dejarte un sitio donde dormir por un tiempo

Un no sé que cristiano de no sé que iglesia. Convencido yo mismo de mi invencibilidad, me dije “aquí, un año, finés C1, y luego a Helsinki a hacer un máster en la Aalto”.

Toma ya. En un plis-plas. Bueno, pues resulta que en aquella escuela, sita en un edificio típico finlandés en medio de la nada, a 500 metros de un apeadero de trenes comarcales y con una carretera que acababa llevando al pueblo, pueblísimo, de Lieksa (una localidad del Norte de Carelia), comencé yo a vivir de mala manera y a intentar relacionarme con algunos de los excéntricos que estudiaban finés allí.

En realidad, no fue todo tan duro, porque yo al contrario que muchos de los refugiados de Somalia, Sudán y Afganistán que había allí, sabía inglés y venía de un país europeo, con lo cual los profesores por lo menos podían comunicarse normalmente conmigo si querían. El problema es que los empleados de aquella escuela acabaron por no hacerme ni caso y pasar de mi olímpicamente.

Aventura en Finlandia: Lieksa
En Lieksa. Fuente (CC: by)

La cosa fue así: empecé en el nivel cero, impartido por una agradable joven finlandesa, ya que yo no sabía nada de finés, pero resulta que era un grupo para somalíes que no estaban alfabetizados y tenían que aprender a escribir, así que solicité un cambio al siguiente.

Había un segundo grupo intermedio, donde daba las clases una mujer rusa casada con un finlandés, pero típicamente rusa en lo referente al mal carácter y la poca paciencia.

No sé cómo fue, que tuvimos un roce verbal con malas maneras contenidas y al dia siguiente me comunicó que me habían ascendido por la fuerza al tercer grupo.

Ah, que remanso de paz, el tercer grupo de los avanzados lo daba una encantadora señora finlandesa que se llamaba Hellevi y que era la única persona que me mostró empatía en aquel lugar.

En una clase en Finlandia. Fuente (CC: by-sa)

Claro, lo que pasa es que estaba dando textos de B1 cuando yo no sabía ni las gradaciones consonánticas, ni el imperfecto, ni los participios ni nada casi de gramática. Pues entre la hora de la comida, que era a las once y la hora de la cena, que era a las cuatro, se fue pasando el tiempo, más de tres meses de invierno.

Yo por las tardes cogía el tren y me iba a Lieksa donde no es que hubiera mucho que hacer, pero iba al menos a la piscina (donde disfrutaba de la sauna) y me pasaba por la biblioteca a ver libros como los ven los niños de tres años que no saben aún leer.

Y hasta aquí de momento los primeros capítulos de la aventura en Finlandia de César. ¡Más aventuras en Finlandia en siguientes post! De momento ¿qué es lo que más te ha llamado la atención?