Rusia(1)

El miércoles de madrugada, como siempre a última hora, empecé a hacer la maleta para el inminente viaje a Rusia mientras hablaba con Marta y Bjarne por el messenger, preguntando a Marta por lo que se llevaba ella y hablando sencillamante con El Rubio.

Terminé de hacer la maleta a las 3 de la mañana y me dispuse a dormir una hora, por primera vez en mucho tiempo en mi propia cama, no sin antes acordarme de cumplir con el timetable de limpieza (esta vez, la ducha).

Puse dos despertadores en lugares diferentes de la habitación para que no me pasara lo mismo que a Rubén, que se quedó dormido y perdió su dinero y después, por fin, me fuí a dormir.

Por la mañana me levanté como si no hubiera dormido nada, nervioso. Me dí una ducha rápida y desayuné. Michel me llamó para asegurarse de que estaba despierto y bajé a la calle.
Mientras subía a casa de Patricia a coger unas cosillas y dejarle una nota mientras estaba dormida, me encontré con Raquel y Marta, que me dijeron que me diera prisa.

Cuando bajé estaban ya esperando los taxis, Marta, Raquel y Tetris (actually Silvana, pero por ser tétrica se le llama Tetris). Al poco llegaron Michel, Adam y Margaret y nos pusimos en camino.
Llegamos con tiempo de sobra al tren y pudimos esperar a Thomas, el alemán con menos sal que me he encontrado aquí y el gran Florian, un cachondo. Como nos habíamos comprado los billetes en distintos días nos había tocado en coches diferentes en el tren a Kuovola, pero nos sentamos todos juntos.

Con todo ello, y a las 6:15 en punto salió en tren y yo me puse a dormir en el camino, aunque eso supusiera perderse el amanecer y los campos helados de Finlandia. Me desperté un par de veces sólo para cambiarme de asiento porque el/la dueño del asiento llegaba hasta el final del viaje.

Allí nos esperaba el bus, que había llegado desde Oulu, todo lleno de gente de distintos países y, claro, también más españoles.

Viva nuestro conductor. Conductor. Etc
En el bus

El bus estaba un poco apagado, ya que los de Oulu habían salido la noche anterior y ya llevaban unas diez horas de viaje cuando llegamos nosotros. Tenían que coger el tren de Oulu a Tampere donde después cogieron el bus y les llevó a Kuovola; con lo que los de Joensuu éramos los únicos que le daban algo de marcha al ambiente, tomándonos unas cervezas en el bús con toda tranquilidad.

Después de un rato de bus, unos tres cuartos de hora, paramos en una estación de servicio cercana a la frontera con Rusia para tomar algo, poder cambiar algo de dinero y comprar si queríamos. En la estación de servicio intentamos averiguar de qué nacionalidades eran los tipos que venían en el mismo bus que nosostros y los que venían en el bus de al lado, encontrándonos un montón de Españoles, casi con toda seguridad el colectivo mayor del viaje.

Este es el primer post de una serie sobre mi viaje a Rusia. Este es el índice con todos los capítulos.