Sistema de bibliotecas en Finlandia

Algunos lectores del blog me pasaron hace unas semanas una imagen sobre la excelsa educación en Finlandia. En ella se decía que el 80% de las familias van a la biblioteca durante el fin de semana. Menudo sistema de bibliotecas de Finlandia, según dicha imagen.

¿Es el sistema de bibliotecas en Finlandia tan bueno?

¿Van los finlandeses mucho a la biblioteca?

Tal y como está redactado, da a entender que las bibliotecas están abarrotadas cada fin de semana y durante todo el fin de semana por familias con todos sus miembros, o casi. Cada miembro de la familia cogiendo libros y poniéndoselos a leer sin esperar. Y dando a entender eso, uno desde luego se maravilla con el sistema de bibliotecas en Finlandia y su sociedad.

A cualquiera que lea esto, espero, se le levantará un poco una ceja y dudará de semejante afirmación. El dato, o bien es tendencioso (cogiendo el fin de semana con más afluencia, y tomando como «familias» a simplemente aquellos con hijos) o bien ha sido cocinado de alguna manera. «Tortura a las estadísticas durante el tiempo necesario, y confesarán cualquier cosa», que dice la célebre cita.

¿Cuánto van, quienes, por qué y para qué? Eso es lo que el dato no dice pero intentamos desgranar aquí.


Una habitación de estudio en una biblioteca. Fuente (dominio público).

Mi experiencia con el sistema de bibliotecas de Finlandia

En Joensuu iba periódicamente a la biblioteca y pedía muchos libros prestados. Como estudiante universitario, eso es normal.

Iba a dos tipos de bibliotecas: las de las universidades y la pública de Joensuu. A la de las universidades iba para estudiar, hacer trabajos, meterme en internet, fotocopias y por supuesto a sacar libros para mis asignaturas de ciencias de la computación.

En la pública jugaba otra liga. Tenía dos plantas, era un edificio moderno y tenía una sala mixta donde podía leerse, donde los niños podían entretenerse, y donde también podía la gente hablar y reunirse. Igualmente, había ordenadores con Internet.

En cuanto al catálogo, aparte de los muchos libros había también innumerables discos, muchísimos comics y una buena colección de DVDs. ¿Discos, cómics, Internet, sala de reuniones y DVDs en una biblioteca? Eso es. Los discos – como los libros – se podían tomar prestados 30 días y los DVDs una semana.

¿Hace una peli?
DVDs en la biblioteca pública de Espoo. Fuente.

Cómo es el sistema de bibliotecas en Finlandia

Como comentaba en el apartado anterior: el sistema de bibliotecas se puede resumir en videoclub gratis + biblioteca clásica + préstamo de discos + internet + lugar de reunión y trabajo.

El sistema de bibliotecas públicas de Finlandia es un servicio garantizado por la ley. Los servicios son gratis para los usuarios registrados – adultos o niños – en ellas, salvo fotocopias y devoluciones tardías. En la web oficial de estadísticas del sistema de bibliotecas no dice nada de ese «80%», pero sí da algunos datos interesantes.

En 2011 último año con estadísticas disponibles, se prestaron casi 100 millones de artículos (18 per capita). Se visitaron las bibliotecas 53 millones de veces (10 per capita) y los servicios de internet de las bibliotecas se usaron 57 millones de veces al año. Hay en total 40 millones de artículos en las bibliotecas (casi 8 por residente). Hay una librería pública en cada municipalidad (312), algunas de las cuales tienen también bibliotecas asociadas (486) y librerías móviles (154). Esto le cuesta a cada finlandés unos EUR 50€ al año.

Las bibliotecas, además, se expanden para ofrecer más servicios (eng). Digitalizar LPs y casettes, tomar prestadas máquinas de coser o piezas de arte, son parte de algunas bibliotecas. Definitivamente, el sistema de bibliotecas de Finlandia es multimedia, y un ejemplo de ello es la biblioteca 10 de Helsinki (eng), en un artículo en el que apenas se mencionan los libros y sí todo lo demás.

Sobre la famosa cifra del «80% de las familias van a la biblioteca el fin de semana», no hay nada. Lo que más se acerca es lo que dice el ministerio de educación y cultura en su web, donde dice que «el 80% de los finlandeses son usuarios regulares de bibliotecas». Pero en cuanto se clica en «leer más» esa cifra desaparece. No se sabe cuál es la definición de «regular» y desde luego no dice nada de «familias».

Un meeting en la biblioteca de Espoo
Unas personas atendiendo a una presentación en la biblioteca de Espoo. Fuente.

En conclusión

El sistema de bibliotecas de Finlandia hace que estos centros sean más que bibliotecas de libros. ¿Quién, si tiene pareja/hijos, no se alquila un DVD el fin de semana para verlo? Las bibliotecas sirven para poder tomar prestada música, películas, tener un espacio donde reunirse, trabajar (por ejemplo, freelances gracias a la WiFi sin tener que pagar por un espacio de coworking) y, por supuesto, leer.

¿Ponemos en el mismo saco a quien toma prestado el DVD de Transformers 2 y al que se coge un libro de Aleksis Kivi? ¿Decimos que «familias» han ido a la biblioteca en cuanto un padre, madre o hijo se pasa por la biblioteca a devolver un CD del último cantante de moda? ¿Ya que las madres son más precoces en Finlandia y estudian a la vez que son madres, contamos sus visitas para estudiar como «familias que van a la biblioteca»? ¿Una reunión de gente que resulta que son padres cuenta igualmente? ¿Un fin de semana al mes cuenta? Según parece, la respuesta a todo esto debe de ser sí.

Así se cocinan las estadísticas. Pero, no obstante, el hacer de las bibliotecas un punto cultural – del tipo que sea, incluyendo el último éxito hollywoodiense o el último CD del cantante de moda – donde se puede tomar prestado entretenimiento y cultura de cualquier tipo a coste cero es encomiable, y debería ser exportado para atraer más gente a la biblioteca. Una red que hace que todos los finlandeses tengan una biblioteca en su municipalidad y puedan acceder en iguales condiciones a la cultura, también es encomiable. Pero retorcer datos para dar como conclusión – y esto no es culpa de los finlandeses, sino de quien hiciera la famosa imagen – que tienen la mejor educación del mundo, no es la mejor manera.

¿Cuál es tu experiencia con el sistema de bibliotecas de Finlandia? Yo desde luego sí fui un buen usuario en mi estancia allí.